Los colores pueden afectar varios aspectos en las personas como su creatividad, productividad o emociones. A través de señales que el cerebro percibe, los colores pueden hacernos sentir hambrientos, ansiosos, tranquilos; y hasta distraer o mejorar el potencial de aprendizaje.
Según algunos estudios, los colores tienen una influencia directa en el desarrollo cognitivo de los niños. Y por eso es muy importante entender qué debemos tener en cuenta a la hora de pensar el color para las habitaciones o espacios recreativos de nuestros hijos.
Sabemos que los colores brillantes resultan más estimulantes y energizantes, haciéndolos ideales para espacios de juego y recreación. Entre ellos podemos encontrar al rojo, naranja o amarillo.
El rojo mejora la recordación, pero puede ser estresante usado en demasía. El naranja y el amarillo son colores asociados a la alegría y la confianza, estimulando la conversación (en caso del primero) y transmitiendo optimismo (en caso del segundo).
Mientras que los colores suaves tienen un efecto calmante que los hace ideales para usar en zonas de descanso, áreas de estudio o habitaciones de bebés. Aquí podemos mencionar las gamas de los azules, verdes o morados.
El azul puede estimular el talento con respecto a la música y el arte, aunque en exceso puede generar una sensación de melancolía. Por su parte, los verdes impulsan la concentración y aporta un ambiente agradable para el estudio.
Ahora que sabés un poco más sobre el efecto de los colores en las personas, podés tomar estos tips en cuenta, no sólo para la elección de los colores de tus paredes sino también para sumar otros colores diferentes con distintos objetos de decoración.
Podés tomar estos puntos como guía, pero recordá que lo que más importa es que los colores que elijas te gusten y te resulten atractivos, creando espacios acogedores y seguros para los chicos.
0 comentarios